miércoles, 12 de enero de 2011

Romeo y Julieta


ROMEO Y JULIETA

“MERCUCIO.- ¡Oh! Ya veo, pues, que ha estado con vos la reina Mab. Es la partera de las ilusiones, y llega, bajo un tamaño no más grueso que el ágata que brilla en el dedo índice de un regidor, arrastrada por un tronco de atomísticos caballos, a pasearse por las narices de los hombres mientras están dormidos. Los radios de las ruedas de su carroza están fabricados de largas patas de araña; la cubierta, de alas de saltamontes; las riendas, de finísima telaraña; los arneses, de húmedos rayos de luna; su látigo, de un hueso de grillo; la tralla, de una hebra sutil. Su cochero, un pequeño mosquito de librea gris, ni la mitad grande como el redondo gusanillo que se extrae con la punta de un alfiler del perezoso dedo de una doncella. Su carroza es una cáscara de avellana, labrada por la carpintera ardilla o el viejo gorgojo, desde antiguos tiempos artífices de carruajes de hadas. Y en ese tren galopa, noche tras noche, por los cerebros de los enamorados, que enseguida sueñan con amores; sobre las rodillas de los cortesanos, que al punto sueñan con reverencias; por los dedos de los abogados, que al instante sueñan con minutas; sobre los labios de las damas, que acto seguido sueñan con besos, labios que Mab, enfurecida, infecta a menudo, atormentándose con ampollas, por haber viciado el aliento con golosinas aromáticas. Algunas veces cabalga sobre la nariz de un palaciego, y entonces sueña que ventea una promoción; y otras, con el robo de un lechón del diezmo, cosquillea en la nariz de un párroco mientras está dormido, e instantáneamente sueña en la prebenda inmediata. También se la ve pasear por el cuello de un soldado, y al momento sueña con degüellos de enemigos, brechas, emboscadas, hojas españolas, brindis y tragos de cinco codos. Y entonces suena de repente el tambor en sus oídos, con lo cual él da un salto y se levanta, y con semejante susto reniega una oración o dos y se duerme de nuevo.. Esta Mab es la misma que trenza las crines de los caballos en la noche y conglutina las greñas de los duendes en sucios y dos pronostican grandes desventuras. Esta es la bruja que, cuando las doncellas duermen de espaldas, las oprime y las enseña a resistir por primera vez, haciendo de ellas mujeres del buen llevar. Esta es la...
ROMEO.- ¡Silencio! ¡Silencio, Mercurio, silencio! Estáis hablando de nada.
MERCUCIO.- Es verdad, hablo de sueños, que son los vástagos de una mente ociosa, engendrados únicamente por la vana fantasía, tan insustancial como el aire que ahora acaricia el seno helado del Norte, y que, después de irritado, brama desde allí, volviendo la cara al Sur, destilador del rocío...”
(Romeo y Julieta. Escena IV, Acto I)

CUESTIONES.

1. Localiza el fragmento en la trama, resume su contenido y señala su tema.

2. Observa la descripción de la carroza de la reina Mab. ¿Qué noción quiere Mercurio transmitir con estas pintorescas referencias?

3. Ha un esquema de todas las personas visitadas en sueño por la reina Mab. Indica el sentido de cada una de las referencias.

4. Haz un inventario de las imágenes (símiles, metáforas) utilizados en el fragmento y explica su sentido.