EL COMISARIO BORDELLI
Marco Vichi
Salamanca, Tropismos, 2004, 217 págs.
Trad. de Cristina Zelich
ESCENARIO DEL CRIMEN
Dormitorio de la señora Pedretti. Su cuerpo está tendido en la cama con los pies descalzos, ligeramente fuera del colchón. Tiene las manos en el cuello y la boca entreabierta. Un vaso y un libro caídos en el suelo. En la mesilla, un frasco tapado de un medicamento para el asma. No hay signos de violencia.
DECLARACIÓN DE LA ASISTENTA
María atendía a la señora Pedretti que vivía sola (no del todo: tenía un cariñoso gato siamés, Gedeón), pero no dormía en su casa. La llamaba todas las noches a las diez. Fue ella la que avisó a la policía preocupada porque no le cogía el teléfono. Asegura que se trata de un asesinato: los sobrinos, afirma contundentemente, deseaban su muerte para heredar su patrimonio.
INFORMACIÓN DE SU MÉDICO
La señora Pedretti era asmática. Combatía los ataques de asma con un medicamento (cinco gotas de Asmadén en un vaso de agua). Muy sensible al polen de la hierba mate (originaria de América, pero criada en varios invernaderos de Roma). Naturalmente, un ataque agudo de asma podría provocarle la muerte.
INFORMACIÓN DEL FORENSE
La señora Pedretti murió el jueves por la noche. En su estómago no se encuentran restos del medicamento, pero sí en su lengua y en su cavidad bucal. Muerta por un ataque agudo de asma.
INFORMACIÓN DE DANTE, HERMANO DE LA VÍCTIMA
Un anciano soltero y solitario. La relación con su hermana se reduce a periódicas llamadas de teléfono. Conoce la decisión de su hermana de dejar sus bienes a un convento de monjas. Él ha tomado una decisión similar.
DECLARACIÓN DE LOS SOBRINOS
Como todos los veranos, los Morrozzi, sobrinos de la señora Pedretti, alquilan un chalé en un pueblo del sur de Italia, a una hora de Roma. La noche del jueves, las dos parejas cenaron en un restaurante a las ocho de la tarde y, después, fueron a una sala de baile. Estuvieron allí hasta las cinco de la madrugada. Camareros de uno y otro local confirman que todo es cierto.
EN LA NOTARÍA
“Yo, la abajo firmante, Rebeca Pedretti Strassen, en plenas facultades mentales, declaro que a mi muerte se disponga lo siguiente: dejo todas mis posesiones, villa y cuadros incluidos al convento femenino de Monte Frassineto con las tres únicas excepciones de: un cuadrito con el cielo violeta que dejo a mi hermano Dante, deseándole una vida larga y dichosa. Una suma equivalente a liras tres millones que dejo a la señora María, saludándola afectuosamente, Y cuatro fotografías aquí adjuntas que dono de todo corazón a mis adorados sobrinos y a su dulces mitades, para que mantengan siempre vivo el recuerdo de su querida tía Rebeca.
Posdata